“Habrá quien decida que no quiere trabajar, que prefiere quedarse en casa a dormir y leer”
- Milena Clavijo
- 17 feb 2017
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 25 jun 2020
Esta es una objeción/consideración que escucho con frecuencia. A respecto, debo decir que me rehúso a ver el trabajo como un castigo, por el contrario, opino que es una oportunidad muy grande para realizarnos, ser felices y dejar nuestro sello, impronta o legado. No creo que una persona pueda ser feliz para siempre sin hacer nada. Tarde o temprano se sentirá saturada de estar quieta o se deprimirá al ver que no aporta a su alrededor. Todos necesitamos ejercitar la mente y el alma, pero haciendo algo que nos llene.
Haríamos bien en recordar que nuestra ocupación es aquello que da sentido a nuestros días, que nos permite a través de su realización, dar un propósito a la existencia. Trabajando no sólo nos ponemos a prueba, sino que nos mostramos lo que somos capaces de hacer, mientras ejercitamos la mente, el corazón y el alma. Y pienso que es a la vez nuestro deber y nuestro privilegio, ejercitar esas aptitudes y facilidades, entregando nuestros talentos al mundo con alegría.